Este es el caso de las construcciones que implican una consecuencia establecida mediante una correlación:
«Había viajado tanto (A) que ya no le faltaba conocer ningún país (B)».
(en esta oración, sería incorrecto colocar una coma entre tanto y que).
A pesar de que al pronunciar este enunciado hacemos una marcada pausa en la entonación, no es necesario indicar esto mediante un signo de puntuación. La regla dice que cuando la conjunción que tiene sentido consecutivo (o sea que introduce la consecuencia de la acción principal) y va precedida por tan, tanto o tal, no va la coma.
Otros ejemplos:
«Tal era su enojo que no quiso cenar».
«Tiene tantos errores gramaticales que su texto es ilegible».