Me gustan los insultos light que suenan como si fueran proferidos por un quedado en el tiempo. Podría decir que me los imagino saliendo de la boca de un Calabró (Juan Carlos), por ejemplo. No me molesta en absoluto parecer una goma cuando los uso.
Recuerdo que mi tío Ricardo tenía un gran repertorio de expresiones de autor (no sé si delante de adultos mandaba a la gente a la reverenda mierda, pero al menos cuando estaba con nosotros, que éramos niños, nos mandaba a otros lugares más poéticos). Hoy, en la sección «¡que vuelva!», propongo bolunfil para reemplazar al ya desgastado y carente de toda significación boludo.
Vale decir: «Sos un reverendo bolunfil».