La ortografía del español tiene ese qué se yo, ¿viste?
Una de esas "cositas" es la incoherencia absoluta que representa el hecho de que un mismo sufijo pueda admitirse escrito de dos modos distintos, dependiendo de la raíz con la que se una.
Este es el caso de -usco/-uzco.
Los sufijos -asco, -esco, -isco, -usco poseen el mismo origen y siempre se escriben con s. Sirven para formar sustantivos y adjetivos que indican caracterización de persona o cosa. Por ejemplo, del sustantivo novela, se deriva novelesco. A veces, estas palabras se usan despectivamente y connotan la idea de burla o desprecio.
Algunos casos señalan una caracterización de color o de tonalidad; entre estos existen excepciones que pueden escribirse de dos maneras: pardusco o parduzco (color que tira a pardo) y verdusco o verduzco (de verde, que tira a verde oscuro). Sin embargo, otros contra lo que uno supone, se escriben siempre con z: negruzco (de color moreno, algo negro) y blancuzco (de blanco; que tira a blanco).